sábado, 21 de mayo de 2011

Sueños perdidos

Este es el triste y excepcional relato,
De unos sueños viejos que perdí hace rato.
No recuerdo cuándo ni dónde los perdí,
Solo sé que un día ya no estaban aquí.
Mi alma está afligida y mi corazón llora,
Yo no sé que rumbo tomará mi vida ahora.
Quisiera encontrarlos, procuro recuperarlos,
Y prometo que nunca volveré a descuidarlos.

Necesito saber en donde se perdieron,
Si me los quitaron o sólo se cayeron,
Quizá en el autobús cuando volvía una tarde.
Talvez me los sacó del bolso algún cobarde.
O acaso los dejé en el bolsillo del pantalón,
Y al lavarlo se diluyeron con el agua y el jabón.
Quizás eran de espuma y se desvanecieron,
O tenían alma propia, y de mi casa huyeron.

No sé exactamente hace cuanto los perdí,
Si a la hora de la cena o cuando me dormí,
Hace un día, esta tarde, o una noche de enero,
En verano, en otoño o una mañana en febrero.
Hacía mucho tiempo que no los observaba,
Trivial y neciamente yo así los descuidaba,
Casi sin darme cuenta ya los estaba olvidando,
Y de forma dolorosa mi descuido estoy pagando.

Eran ellos incontables y todos muy variados,
Los que más me gustaban eran los cuadrados,
Aunque alguna preferencia tenía por los azules,
Los más grandes y bellos yo los guardaba en tules.
Los rojos y los blancos eran pequeños y suaves,
Tenía unos agridulces y otros en forma de aves.
Todos se han marchado, ninguno está ya aquí,
Y ahora me pregunto ¿qué será de mí?

Quizás ahora tenga que volver a inventarlos,
Será mucho más fácil que intentar recobrarlos.
Prometo que esta vez los cuidaré con más ardor,
Custodiarlos muy de cerca y evitarme otro dolor.
Los pondré en una caja junto a la mesa de noche,
Los vigilaré fielmente aunque gane algún reproche.
En plegaria al Creador suplicaré con tenacidad,
Para que así muy pronto se conviertan en realidad.

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